Cuando aceptas tu identidad y comienzas el proceso de reasignación de género debes pasar, a día de hoy, por el psicólogo, el psiquiatra y el endocrino, éste último te da el visto bueno para comenzar la hormonación. Hoy vengo a contarte mi experiencia y darte mis humildes consejos.

En ese momento quizás tengas miedo de quedarte calvo, de que te salgan granos, de que te que cambie el humor, etc, o quizás solo sientas alegría y una euforia impresionante por tener por fin tus hormonas pero lo cierto es que las cosas de palacio van despacio o como dice Luis Fonsi “Despacito, pasito a pasito, suave, suavecito…” Así que por favor, tómatelo con calma, ni todo es tan bueno ni tan malo.

Cada caso es diferente pero normalmente te dan primero el gel, es bueno que vayas alternando entre muslos y barriga para ponértelo y que no te lo pongas en la cara, brazos, zonas íntimas si no quieres tener problemas y encima parecer Chewbacca

A mi con el gel ya me comenzó a salir pelo en la cara y al segundo mes había desaparecido el período, pero si a ti no te pasa, no te vengas abajo, hay chicos que necesitan más tiempo o que necesitan la inyección para ver más cambios. Y algo que no quiero dejar de aconsejarte es que si ves que te salen ronchas, que te pica, te molesta o te causa algún efecto extraño háblalo rápidamente con el endocrino y que te pase al inyectable.

Esas hormonas inyectadas es el siguiente paso, a mi me lo mandaron a los tres meses, comencé con Reandron, una inyección de testosterona que se va liberando en nuestro cuerpo progresivamente y dura más, aproximadamente entre 10 y 14 semanas, pero como ya la Seguridad Social no la subvenciona ahora si nos la queremos poner tenemos que pagar entre 120 y 160 euros por ella, así que ahora me inyecto Testex Prolongatum 250 mg, aunque también hay de 100 mg, la de 250 mg me dura entre 12 y 15 días. Recuerda que la cantidad y la frecuencia en la que te inyectas debe ser supervisada por el médico y que ponerte más dosis no te hará más hombre si no que hará que tengas más posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares entre otras cosas nada buenas.

Tres años llevo ya con la hormonación y aunque considero que no debería ser obligatoria, a mi me ha hecho muy feliz y lo que al principio empezó con unos pelitos en la cara nada más, con el tiempo fue una suma de mil anécdotas y cambios alucinantes, como por ejemplo cuando noté el cambio de mi olor corporal, (me había duchado, ¿eh?) No olía mal, pero si como si fuera otra persona, fue muy graciosa mi cara cuando me di cuenta de que era yo…

Es cierto que el carácter cambia, las hormonas te revolucionan pero lo importante es darte cuenta, explicarle a las personas de tu entorno lo que sientes y pedir disculpas si es necesario, pero no te asustes no te vuelves un psicópata, se vuelve a estabilizar todo una vez tu cuerpo se acostumbra al cambio hormonal, y no, no vale poner de excusa las hormonas para aprovecharte y tratar mal a los demás. ¿vale?

También irás notando como cambia tu voz, como tu cuerpo va cambiando de forma, se te marca menos la cadera y más la barriga,    (lo siento, todo bueno no puede ser) y además con ejercicio todo se lleva mucho mejor, tanto los nervios como el crecimiento de la barriguita. La cara también se te va a ensanchar, la mandíbula, el mentón, la nariz incluso, y si, en tu entrepierna también notarás cambios, nuestro clítoris puede crecer de 5 a 10 centímetros, no es una leyenda urbana y aunque parezca poco lo notarás…

Te confieso que cuando comencé tuve mis bajonas, no me sentía suficientemente masculino, no veía cambios notables y a veces hasta sentía que era un simple actor, pero es normal, se llama inseguridad, desinformación y discriminación, también nosotros por la educación recibida sufrimos una transfobia interiorizada, así que oscurecía la voz y gesticulaba en exceso para parecer “más hombre”, me comportaba como si estuviera en la “edad del pavo” y lo que hacía era el ridículo, así que te aconsejo que seas tú mismo, que no nos hace más hombre tener una voz grave, ni tener barba ni comportarnos de manera ruda. Seguramente estarás pensando que es muy fácil que te lo diga yo, ahora que como dice todo el mundo, “no se me nota”, pero te lo digo porque al final a pesar de estar muy feliz por esta barba y este aspecto tan masculino, me encanta mover las manos como un loco cuando hablo, bailar sin vergüenza, hacer mi voz más fina para dar bromas, cantar y ver como me salen los gallos, decir cosas que otros hombres cisexuales nunca dirían y nunca, nunca me averguenzo de decir lo que soy porque lo que soy hoy es el trabajo de muchos años, es una victoria personal gracias a no perder nunca la esperanza.

Así que cuando sientas que no puedes más, recuerda ponerte metas cortas, ser constante y optimista porque te lo prometo cuando pasen unos años, que pasarán volando, mirarás hacia atrás como me pasa a mi y alucinarás con todo lo que has conseguido.

Algo que a mi me ayudó fue hacer un tablón con fotografías de los pequeños cambios que iba viendo, con recortes de revistas con los modelos de hombres a seguir, lo que me inspiraba, lo que me hacía más fuerte, frases, dibujos, me motivaba muchísimo…

Si te ayuda hazlo tú también, haz de tu proceso tu gran aprendizaje y…

Un día cuando te mires al espejo notarás que no te puedes amar más…¡Te lo prometo!