La fiscalía retira la acusación por abusos contra el único encausado del ‘caso Romanones’ (El ministerio público estima “falta de pruebas” para condenar al padre Román)

Siempre trato de ser una persona equilibrada, respetuosa y no irme a los extremos, así que siempre he defendido que los curas no son malos, que son personas normales y dentro de ese colectivo, como en todos, hay personas buenas y personas malas… Pero lo que no se puede consentir es que un delito como un abuso a un menor quede impune, sea cura, monja, médico o el rey de España…

Quisiera explicarles un par de cositas al señor fiscal, a los jueces y todas las personas que me lean.

La falta de puebas, los nervios del testigo y las contradicciones en su relato, ¡son totalmente comprensibles!

No hace falta estudiar mucho para imaginar lo atroz que debe ser que una persona en la que confía un niño o una niña, se aproveche de esa confianza y de ese poder y sobrepase los límites…

Y como duele leer y escuchar eso de “existía un clima sexual y no sabemos si ha sido consentido o no”, ¿Tienen hijos/as menores? Vamos a imaginar que yo con 31 años ocupo un lugar de poder como cura, monitor deportivo, profesor , etc, y comienzo a ganarme la confianza de su hijo o de su hija, le empiezo a decir que lo que hacemos es normal, porque la quiero, es especial para mi, lo que hacemos él y yo o ella y yo es un secreto pero no es malo porque tenemos algo romántico y sagrado….(Y no sigo porque me dan náuseas…) ¿Qué creen que pasaría? No es que los niños sean tontos, es que son NIÑOS y son mucho más influenciables aún que nosotros los adultos.

Otra cosita que me encantaría explicarles es que la memoria es selectiva (…y menos mal) Por lo tanto, si el testigo ha sufrido algo tan brutal para él como una violación, tocamientos, abusos, etc, lo más normal es que su mente se defienda guardando en algún lugar recóndito algunas de las escenas, lo hace para no volverse loco, para poder seguir viviendo, para no revivirlo una y otra vez…

Hablo así porque lo sé por experiencia propia, hace nueve años huí de una casa en dónde se me maltrataba y hace poco hablando con unos amigos volví a recordar algo que en este tiempo no me había venido a la mente, a veces son como secuencias de una película que crees que no te han pasado a ti, otras veces duelen mucho más porque las recuerdas como si volvieran a pasar por tu piel, pero siempre he confiado en que cuando aparecen esos “flashes” son o porque ya estás suficientemente fuerte para afrontarlo o porque debes aprender algo de ello. Lo que no se le puede pedir a una persona después de una experiencia traumática, es que lo recuerde todo perfectamente, ¿ustedes recuerdan toda su vida con pelos y señales? …¡Pues que suerte!

Y por último, pero no menos importante, me han sangrado los ojos al leer las siguientes palabras del fiscal : “No es lógico que tarde tanto en denunciar ni que se fuera de Erasmus en un momento crítico y previo a la denuncia que se presenta en octubre de 2014 (…); desde 2009 a 2014 Daniel trata el tema con personas y no presenta ningún trauma”

Señor fiscal, con todos mis respetos, ¿es usted psicólogo? ¿ha sufrido alguna vez una violación? ¿han abusado de usted? En mi humilde opinión, hay cosas de las cuales no debería opinar si no tienen ni idea de lo que habla… ¿Usted cree que todas las mujeres violadas se quedan encerradas en casa y frígidas de por vida? Doy gracias porque no es así, salen a la calle, algunas necesitan terapia, otras no, otras son fuertes o piden ayuda años más tarde, algunas siguen acostándose con hombres para seguir castigándose inconscientemente, otras encuentran la manera de volver a encontrar el placer en el acto sexual, pero todas llevan una marca, (hablo de mujeres porque existen más casos) pero hablo en nombre del chico de este caso y él también lleva y llevará una marca, yo también la llevo, no se supera, se aprende a llevar y ni usted señor fiscal ni nadie tienen derecho a juzgarnos si no ha pasado por lo mismo.

¡Qué fácil es quedarse en lo superficial!

En casos como éste les animo a cambiar la mirada y cuestionarse otras cosas como…¿cuánto poder sobre el chico tenía ese cura para hacer lo que hizo?, ¿cuánto miedo y vergüenza sintió ese chico para tardar tantos años en denunciar?, ¿cuánto le estaría afectando en su vida para que aún estando de Erasmus decidiera denunciar? o ¿Cómo será ponerse delante de un juzgado a relatar durante cinco horas y media todos los abusos a los que le sometieron los individuos que tenía en el banco de al lado? No es tan difícil utilizar la empatía y abrir el corazón, le animo a probarlo señor fiscal…

¡YA BASTA DE JUZGAR Y CULPABILIZAR A LOS INOCENTES Y DEJAR LIBRES A LOS MONSTRUOS!