Si escribimos la palabra tetas en cualquier buscador de internet obtendremos páginas y páginas de fotos de tetas, vídeos eróticos, porno y más porno. Es por ello que no les debería sorprender lo que voy a explicar hoy en este artículo.

Este tema es muy serio pero sé perfectamente que muchos habrán entrado en este blog por la palabra tetas, que muchos aún estarán con la sonrisa en la cara por la palabra porque aún nuestra sociedad es muy inmadura y escuchan palabras como tetas, pene o vagina y se ríen y se tapan la boca diciendo “ha dicho …” y porque estoy seguro que al contrario que los hombres transexuales, existen muchos hombres cisexuales* con la fantasía de tener tetas para tocarselas todos los días y para muestra este vídeo para que ya se desahoguen a carcajadas y luego sigan leyendo.

*(Recuerdo que cisexual es el término que define a las personas que se sienten identificadas con su género asignado al nacer, lo contrario a transexual para que se entienda)

Confirmado, hoy por hoy, un hombre transexual no puede ser plenamente feliz con tetas y no me refiero a que no podamos ser felices por tenerlas, me refiero a que la sociedad no te respeta si visualiza unas tetas en un cuerpo de un hombre, se ríe, te ridiculiza, te habla en femenino aunque le repitas en varias ocasiones tu nombre y tu sexo. Y si hablamos de que esto te ocurre en la adolescencia lo normal es que sufras bullyng y que tu paso por el baño sea una infierno. Así es señores y señoras y lo peor es que la programación ha sido recibida por todos así que muchos de nosotros tampoco somos capaces de vernos hombres normales con tetas.

¿De qué programación hablo? Les explico…Durante infinitas generaciones han programado a las mujeres a sentir que deben tener unos pechos grandes y turgentes, eso ha hecho que muchas se comparen, se humillen, pasen por el quirófano por complejos e inseguridades obviando cualquier problema de espalda posterior y por supuesto las mujeres transexuales se han puesto tallas exageradamente grandes por ese mismo sentimiento. Esto es algo sabido por todos y todas actualmente.

¿Y qué ha pasado con nosotros, los hombres transexuales? No solo hemos crecido escuchando barbaridades sobre lo importante que es tener pene (eso es algo de lo que hablaré en otro momento) si no que hemos sido criados como mujeres y algunos hemos tenido que ponernos escote oyendo eso de hay que enseñar lo bueno que se tiene o eso de ¿por qué el mundo está tan mal repartido? ¿me das un poco? Y nosotros con ganas de contestar ¡llévatelo todo!  Otros lo han ocultado lo más posible utilizando ropas anchas y una apariencia descuidada que lógicamente hacía que fueran juzgados por tener mal gusto según el resto y ser unas machonas. Afortunados aquellos que tenían muy poco pecho porque pasaban desapercibidos pero ¡error! Esos también iban a la playa, a la piscina y tenían pareja… Conclusión: Las tetas son imposibles de ocultar

Así que decidimos aconsejarnos unos a otros, nadie sabe quien comenzó, a utilizar camisetas compresivas, fajas y vendas si no teníamos otra cosa para cubrirnos los pechos y apretarlos hasta dejar el pecho lo más plano posible porque ir encorvados con camisetas anchas y sobrecamisa a ser posible ya no era suficiente.

Yo aún recuerdo el dolor, la presión, las heridas y la sangre, tuve que aprender a respirar con eso puesto, me salía dermatitis por el roce y el calor, ¡cuánto calor! Los pezones se iban deteriorando y los pechos iban cayendo como colgajos, cada vez más lleno de pelos…Para mi, el peor momento era la ducha porque me los tenía que lavar y no los quería, no me dejaban ir a la playa libremente, no me dejaban mantener una relación sexual sin camiseta, no me dejaban practicar natación, ni siquiera podía quitarme la camiseta con mis amigos cuando hacía calor en la terraza de mi casa. ¿Pero qué estoy diciendo?

¡Mentira! No eran mis tetas, era la transfobia…

El miedo a las miradas, a las risas, a las burlas de los demás, el recuerdo de un vestuario de chicos en el que me dijeron “mi niña, te equivocaste de vestuario, ¿estás tonta?, el miedo al qué dirán que me habían inculcado como a todos y todas y también el miedo a que pasaran la fina línea del ataque verbal al ataque físico…Esos miedos siguen ahí porque sigue existiendo la transfobia y cuando hablo con los chicos transexuales la mayoría llegan a la misma conclusión y es que prefieren tener vagina, vulva, clítoris, pero tetas, tetas no…¿Por qué? Porque son visibles.

Así que me gustaría hacerles reflexionar sobre ¿qué hemos hecho en esta sociedad con nuestros cuerpos? Los hemos colocado en un lugar de exposición contínua donde recibimos y damos juicios y ataques gratuitos por si tenemos esto o no tenemos esto otro, por si es más grande o más pequeña la talla, si debemos ser así unos y así otras…

¿Por qué no paramos ya esta guerra y nos dejamos ser?

Nuestro cuerpo debería ser eso… ¡NUESTRO!

(Si necesitas más información escríbeme a info@alvaromartinmoreno.com)